miércoles, 31 de agosto de 2011

TU MALA CANALLADA (3) diario LA PRIMERA




Cipriani, la cruz y el martillo


Escribe Eloy Jáuregui

El ingeniero industrial Juan Luis Cipriani Thorne tiene un hábito: desde el púlpito de la catedral de Lima, todos los domingos pega y sermonea de forma estentórea a esos –sobre todo-- pecadores que se atreven defender los derechos humanos. Magnánimo, administrativamente para sus fieles, Cipriani debe ser llamado: “Eminentísimo y Reverendísimo Señor Juan Luis Cardenal de la Santa Romana Iglesia, Cipriani Thorne”. Es decir, él y solo él, es único. Representa a Dios en el Perú. En jerarquías, arriba de su sotana solo está el Papa, el vicario de Cristo en la Tierra, el único planeta donde la Iglesia reconoce la vida misma. Y Cipriani, hoy le ha puesto el ojo a la Pontificia Universidad Católica del Perú. La quiere para su bando y bolsillo. Cuidado, que por eso soy ateo gracias a Dios.


Así,
la Junta de Presidentes de la FEPUC –los trabajadores de la “Católica”- del 23 de agosto de 2011 ha proclamado: “Rechazamos enfáticamente las pretensiones del arzobispo Cipriani de alterar nuestra institución y convertirla en una difusora de pensamientos retrógrados e intolerantes”. Los profesores también reclaman que mediante la modificación de los estatutos, se busca alterar los principios democráticos y plurales que caracterizan a esa casa de estudios. Que el cardenal está instrumentalizando su cargo eclesiástico de forma indebida para causar impacto mediático acorde a sus propios intereses políticos, ideológicos y económicos. “Es necesario aclarar que nuestro conflicto es ante el arzobispo Cipriani y no contra la Iglesia como institución. La PUCP fomenta la pluralidad, en concordancia con los ideales católicos de respeto y justicia”, dice otro comunicado.

Me embelesa Cipriani. Es un apasionado hormonal y belicoso. Escribía Mario Vargas Llosa aquel 8 de agosto del 2002 en el diario español “El País”: “Cipriani no pasará a la historia por su vuelo intelectual, del que, a juzgar por sus sermones, está un tanto desprovisto, ni por su tacto, del que adolece por completo, sino por haber sido el primer religioso del Opus Dei en obtener el capelo cardenalicio, y por su complicidad con la dictadura de Montesinos y Fujimori, a la que apoyó de una manera que sonroja a buen número de católicos peruanos, que fueron sus víctimas y la combatieron. La frase que lo ha hecho famoso es haber proclamado, en aquellos tiempos siniestros en que la dictadura asesinaba, torturaba, hacía desaparecer a opositores y robaba como no se ha robado nunca en la historia del Perú, que ‘los derechos humanos son una cojudez”. No es fácil decirle sus verdades a Cipriani. Cierto, te enjuicia. Por ello es bueno tener un Nobel en la familia. Así le revela sus cuatro cosas al cura bravucón.

Conocí al Ciprini basquetbolista. Jugaba en el Club Social Lince, una suerte de Sport Boys pero de clase media. El cardenal era atlético, erguido y de tiro certero. El viejo Koco Cárdenas lo elogiaba. Pero siempre fue un ‘boca sucia’. Mentaba la madre cuando le quitaban la pelota. Yo lo oía al borde del parquet en el inolvidable Coliseo del Puente del Ejército. Cierto, Cipriani debió ser soldado y no cura. No le va, su mirada lo desnuda. Yo lo imagino con casco, camuflaje y borceguís allá en Ayacucho. Son famosas sus conferencia a militares. En enero del 2001, agenciaperu.com propaló un video donde nuestro monseñor derrama tiesura en la Escuela Técnica del Ejército. Ver http://www.youtube.com/watch?v=v0w4oEX5JU4&NR=1. Pero es ‘salado’ en marzo último, estuvo en EE.UU. y visito los entrenamientos del más famoso equipo de la NBA, los Angeles Lakers. Cipriani, que jugó en la selección peruana de básquetbol entre 1961 y 1967, confesó a las estrellas del equipo, Kobe Bryant y Paul Gasol. Luego dijo: “Les ofrezco oraciones para que puedan terminar un buen torneo”. Para variar, los Lekers fueron eliminados de los playoffs.

Cipriani es hijo del conocido médico oftalmólogo limeño, el Dr. Enrique Cipriani –fundador de la Democracia Cristiana y del PPC--, y la señora Isabel Thorne --primera mujer supernumeraria del Opus Dei en el Perú (1954)--. Buena cuna. Siendo el cuarto de once hermanos. Estudió en el Colegio Inmaculado Corazón y el Colegio Santa María. Esa vez se hizo fanático y fue admitido por la prelatura Opus Dei en 1962. Ya militante, terminó sus estudios en la Universidad Nacional de Ingeniería y ejerció como ingeniero industrial en la Compañía W. R. Grace, hasta 1968. Es verdad, los designios divinos obligaban a Cipriani a más poder ¿Opus Dei? Sí, es una diócesis personal de la iglesia católica. Una organización que ofrece, “formación cristiana a personas de todas las profesiones (agricultores, enfermeras, arquitectos, amas de casa...), que tienen en común la búsqueda de la santidad en esa vida corriente”.

Durante más de medio siglo el Opus Dei –a imagen y semejanza del clan en la España de Franco-- ha ganado espacio en las esferas políticas. Desde que sus militantes ingresaron a trabajar al diario La Prensa (Chirinos Soto, Arturo Salazar Larraín, Carlos Rizo Patrón etc.), fundaron la Universidad de Piura en alianza con el poderoso Dionisio Romero y, con Rafael Rey, lograron fusionarse al aparato fujimontesinista y hasta hoy, que poseen un poder omnímodo. El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, es su producto. El abrazo armado de esa fe. Cipriani, que cuando basquetbolista, impuso “el martillo”, un estilo agresivo para hacer una ‘canasta’ de rebote. Hoy sigue en cruzada. La “católica” es su caza.

miércoles, 24 de agosto de 2011

JAZZ Dizzy Gillespie: "A Night In Tunisia"

TU MALA CANALLADA (2) diario LA PRIMERA








Nadine, Gamarra fashion

Escribe Eloy Jáuregui

Nadine Heredia, aquella mañana en que le iba a realizar la sesión de fotos Marina García Burgos en Palacio de gobierno para la revista ¡HOLA! Perú” se levantó todavía con la sangre en el ojo. El día que juramentó como presidente de la República su esposo Ollanta Humala, había decido lucir un traje de tres piezas color malva con un sobrecargado saco con pliegues en el escote más un lazo en la cintura que provocó en la mirada de choclonas, tías y amanerados clasemedieros toda suerte de insultos y mofas. La habían choleado y más. “Que se ha creído esa igualada”, dijeron en La Planicie. “Parece una lechuga manchada de betarraga” había dicho cachosa La China Tudela, comparando el look de su prima Marishenka Miro Quesada. Incluso, el primoroso diseñador José Miguel Valdivia sentenció así: “el ropero por el que apuesta Nadine no es el más conveniente. El estilo Jackie Kennedy ya pasó. Ya no existe la primera dama arreglada para salir. Eso era en los años 60. Ella es una mujer, madre de familia, joven y bonita”.





La señora de Humala, recordó aquellas sentencias y ahora que tiene la edad perfecta para ser mujer, 35 años, no entra en vainas। Está jugosa y tierna y a pesar de su ira, más acuosa aun. Y como hoy es la Primera dama, obligó a los señorones de la revista de marras a ponerla en portada y dedicarle diez páginas de su edición Nro. 37 del 17 de agosto. ¡HOLA! Perú no es el bodrio “Magaly Tv”. No. Pertenece a Revistas Amauta, brazo exquisito, fatuo y amariconado del Grupo El Comercio. ¿Cómo? Acaso no le sacaron la chochoca durante la última campaña electoral. Sí pues. Pero la pituquería limeña es así. Chilla y patalea pero después atraca, cede, se acomoda y se apapacha. Desde Leguía y después. Desde La Perricholi y antes.



Nadine Heredia los conoce y no es una advenediza en las esferas del ‘dedo meñique’। Es hija de Cajamarquina y ayacuchano y qué. Aunque su juventud tiene aroma de mistura –Chabuca dixit. Colegio de monjas con tarjeta de crédito. Universidad de Lima antes de la invasión de ‘Eisha’. Cochecitos de Wong de Dos de mayo. Cine Alcázar. Heladería 4-D. Larco Mar. Playa El Silencio. Halloween y Silvio Rodríguez a la carta. Amen que tiene mundo. Nadine es ‘ahijada’ de Marcela Temple –una ‘lady’ y no la cónyuge del rey del huacatay--, la esposa del embajador Javier Pérez de Cuéllar, allá en París, desde cuando Humala era agregado militar en Francia. Y no le vengan con ‘etiquetas’ y remilgos. Muchas mamis del Villa María ya hubiesen querido estudiar en La Sorbona de París, Derecho Internacional y doctorarse en Ciencias políticas como ella en el 2003. Nadien es hoy la mujer peruana prototípica, madre y ejecutiva.



Pero el Perú cambió. Hace unos días Gestión informaba que más de 200 nuevos millonarios peruanos surgieron el último año. Ya Rolando Arellano anunciaba que la clase media había engordado en extremo. Y la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP confirmaba que los clientes de bancos, cajas municipales y cajas rurales, registran depósitos de más de S/. 1.3 millones y que ascendieron a 1,357 en junio, por encima de los 1,170 registrados en ese mes el 2010. Omar Manrique, autor de la nota, añadía que otros 125 peruanos tienen depósitos de S/. 4.4 millones a S/. 8.9 millones. Y que existen 65 personas tienen cuentas por encima de ese monto. ¿Y los que guardan la plata en el colchón? ¿Y los que lavan activos? ¿Y los de la 4x4 con lunas polarizadas? Bien gracias. Entonces los Berckemeyer de Osma de las Torres y Pérez y Valle de Mendoza, ya fueron. Hoy son los que mi tía Cristina llamaba “blancos pobres”. Sí, pero tienen todavía tribuna, prensa regia, té de tías. Unos verdaderos y decadentes chiflados.

La consolidación de Gamarra ya no merece la disección de los terroristas económicos de la Universidad del Pacífico. Ni Mega Plaza tampoco. Hay una pelota boyante en medio de la miseria. La asimétrica economía del país intestino. Lo canónico entonces no existe más. Lo formal, informal y delincuencial conforman la trenza. Aquello ha prefigurado un sentir, estilo y marketing híbrido y andrógino. ¿Y el buen gusto? No jodan, ya fue también. El indicador ‘NSE’ es una patraña del INEI. Valen “Los estilos de vida”. ¿Y si se cae la Bolsa de valores? Que se friegue. ¿Cuántos peruanos cotizan en Bolsa? Cuatro gatos. Así, existe el Perú de Gastón Acurio, el de Paolo Guerrero y el de los “marcas”. El de Deysi Cori de Villa El Salvador y del c. “Raúl” en el VRAE. Y vivimos hoy en el Perú de Ollanta Humala y de Nadine. Otra manera de ser peruanos. Otra forma de gobernar. Otra manera de querernos.



Y cuando en ¡HOLA! Perú Nadine Heredia le explica a Paola Ugaz sobre lo que entiende por inclusión social, lucha contra la desigualdad, movilización ciudadana, solidaridad con los miserables, educación integral, ciencia y tecnología, salud para nuestros niños y viejos, velar por la juventud abandonada, defender a la mujer del maltrato, hacer prevalecer sus derechos como ciudadanas, entonces el fino papel se aterra, las páginas se arrugan, la tinta sangra. Cierto, este número de la revista venderá menos. Muchos arrancarán la portada. Es verdad, el Perú ha cambiado. Qué paja.




TU MALA CANALLADA (1) PRIMERA




Orgasmo, prensa y poder

Escribe Eloy Jáuregui

La coleguita es ochentera por DNI y noventera por ADN. Suda y exuda al ritmo del bajo electrónico, ecléctico y lujurioso. “Boto mi neura” dice. Ella trabaja en la página política de un diario local. Sabe lo que es corretear a ministros y congresistas. En el Depeche Order, la discoteca del segundo piso del Centro Comercial El Polo, esta noche se celebra el “Chic nigth”, es decir, la noche de la esbeltez y el casticismo. La coleguita está molesta. Daniel Abugattas, el presidente del Congreso, le ha dicho que se actualice. “Qué se ha creído ese imbécil. Ni mi viejo”, dice y apura su trago escarchado y azul. Al antro asisten damas de galanura y estilo. Alcanzo a leer en la puerta: “Ingreso libre para ellas hasta las 12 AM solo con lista”. Ella estaba en mi lista.


El berrinche de la coleguita no se calmó ni el Día Internacional del Orgasmo Femenino celebrado esta semana entre aullidos y patadas a la luna. Andaba convulsa y alborotada. De la intimidad de las periodistas no hablo, cierto. Es impropio incluso ahora que las mujeres van empoderadas. Milagros Leiva de El Comercio –que está en su mejor momento—le había preguntado a Daniel Abugattas que cómo se tragaba a la prensa. El barbado congresista respondió: “El Congreso tiene que retomar el lugar que ha perdido y el mejor camino no son los periodistas. El Congreso es la institución más desprestigiada del país y ustedes ya tienen un prejuicio: al Congreso hay que darle, chancarlo”. Leiva lo hincó nuevamente: “Entonces nos está ‘choteando’...” Abugattas se computó Markarián: “No los estoy ‘choteando’. Pongámoslo en términos de fútbol, eres un jugador más, pero estás sentado en la banca. Con ustedes no puedo ganar el partido (…) Leiva que es de Huancayo le espetó: “Me preocupa que el presidente del Congreso deteste a la prensa”. Abugattas se achoró: “No solamente el presidente, pregunta lo que piensa el pueblo. Fin del interrogatorio.

Lo cosa está que arde. El maestro del periodismo peruano, Manuel Jesús Orbegozo, que está delicado e internado en Neoplásicas junto con “Veguita”, una vez me dijo que el periodista no tiene patente de corso: “apenas es un hombre con profesión y otros, solo con oficio”. Yo repetiré lo que escribió de él nuestro recordado Luis Jaime Cisneros: “Orbegozo es testigo del mundo, soldado de la noticia, heraldo de la verdad. (…)Lo he visto y oído en viajes inesperados, unas veces en excursiones sigilosamente proyectadas con seria intención informativa. E informar es una misión muy singular, cuya verdadera dimensión depende de la calidad del informante y de la significación de la noticia”. El periodista así, no es policía ni juez, ni fiscal ni verdugo, apenas un ser humano que trabaja con la verdad.


Pero desde Fujimori el periodista se convirtió en un personaje endiosado por los gobernantes. Las ‘geishas’, Olaya, Bresani y otros especímenes de la prensa, reciclados, pasaron así a engrosar la oligarquía mediática existente en el mundo con descarados intereses de las derechas cavernarias. Bueno fuese que conozcan a Federico More, Gay Talese o a Ryszard Kapuscinski. Ni en pelea de perros. Si es cierto que el periodista es lo más alejado del poder, aquello no quiere decir que no tenga relaciones con él. Pero es una composición asimétrica. De fiscalización y servicio. De responsabilidad y comedimiento al interés público.


Conozco a los periodistas que hoy trabajan en torno al gobierno de Ollanta Humala. Es gente proba, jóvenes con experiencia, alejados de las taras del periodismo de chinganas, mermeladas y chantajes. Qué bueno. Y el estilo de este gobierno, con apenas 20 días exige un modelo de prensa distinta a la que trabajo en la década putrefacta del fujimontesinismo que inventó los trascendidos, el “ampay”, el achicamiento prosódico. Vamos que comparto especial laborales con periodistas integrales. Saben de la pirámide invertida y de redes sociales. De la información convertida en conocimiento y lo mío. Ese arte de vincular literatura y prensa. Ello me convence que seremos mejores cada día.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos dice: “La libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas. Es, además, un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática”. Qué más. Que frente a esos preceptos, el trabajo del periodista hoy más que nunca necesita de responsabilidad y respeto. Privilegiar los espacios, los del poder y los de la profesión. Pero la norma más importante es la del respeto a la opinión pública.


Entonces, cuando se instala la medianoche en la “disco” y el sitio era trajinado por aromas del perfume fachoso, la agitación hormonal, las pelvis amotinadas, el seso a punto del estallido, la coleguita me dijo: “Acompáñame que te voy a enseñar lo último de la pirámide pervertida”. Obvio. Me quedé en la barra.