miércoles, 12 de noviembre de 2008

LOS MEJORES CULOS DEL MUNDO



La brasileña Melanie Nunes Fronckowiak y el francés Saïba Bombote se alzaron hoy con el premio internacional concedido a los mejores traseros del mundo, cuya final se celebró en París. Melanie y Saiba han sido premiados con 15.000 euros cada uno además de obtener un contrato de modelo en el concurso que han ganado en París



Un jurado presidido por la modelo Adriana Karembeu eligió a Nunes, de 20 años, y a Bombote, de 27, de entre los 45 finalistas de 26 países seleccionados a través de los votos de los internautas según un concurso organizado por una firma de ropa interior. "Estoy muy feliz, este premio puede ser un espaldarazo a mi carrera internacional", afirmó a Efe la ganadora del concurso, modelo de profesión, aprendiz de actriz y admiradora de su compatriota Gisele Bundchen, a la que considera "una referencia".
Además de la felicidad del triunfo, Nunes se llevó un cheque de 15.000 euros (unos 18.800 dólares), un contrato de modelo para la marca patrocinadora, un seguro para su trasero y un lote de productos de lencería, algo a lo que también tuvo derecho el ganador masculino.
Con su sonrisa, la brasileña iluminó un concurso en el que, como ella misma reconoció, "el premio estaba muy caro". Nunes apareció pronto entre las favoritas del público, invitado por los organizadores a seleccionar a sus modelos preferidos de entre la vendimia de esta segunda edición.

La brasileña celebró con un baile de salsa el paso del primer corte junto con las competidoras de Bulgaria, Alemania, Grecia, Lituania, Holanda y Polonia. En la última selección, el jurado de ocho miembros se quedó con el trasero de Nunes, que difícilmente podía ocultar su alegría. "Para mi es una oportunidad representar a mi país en el mundo entero y eso es un orgullo. Pero también es una forma de conocer mundo, me encanta viajar y esta es la primera vez que vengo a Europa. Espero que ahora pueda ir a España, un país que adoro", aseguró.
Originaria de Rio Grande do Sul y residente en Sao Paulo, Nunes quiere seguir dedicándose a la pasarela, un oficio que considera su "profesión" y su "vida". "Creo que he dado un gran paso para consolidarme en esta profesión, este es un concurso internacional muy conocido y será una buena referencia en mi currículum", dijo la modelo que, durante el próximo año, será la imagen publicitaria de la marca de lencería.
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La elección del francés Bombote fue algo más controvertida, puesto que su nombre no figuraba entre los favoritos. El modelo galo superó la primera ronda junto con los participantes de Australia, el preferido del público, Bulgaria, República checa, Grecia, Italia, Holanda y Eslovenia.
En su último pase, Bombote aprovechó para jugar con un balón de fútbol, un acto que parte del público consideró como un guiño a Karembeu, la presidenta del jurado, que está casada con un conocido ex futbolista francés. Eso, unido a que la ceremonia se celebraba en una exclusiva piscina parisiense retejada para la ocasión, provocó cierto malestar entre algunos de sus rivales. Menos suerte tuvieron los participantes españoles, que no superaron la primera criba.

Alejandra López, estudiante de magisterio y modelo, tenía puestas esperanzas en el concurso, donde vio una forma de promocionarse. El informático canario Miguel Ángel Álvarez estaba más relajado y confesaba antes del inicio del desfile que su único objetivo era pasar un buen rato y apartarse de "tantos ordenadores". El concurso de culos atrajo durante la selección previa, hecha en la red donde se colgaron más de 11.200 fotos, unos 32 millones de visitas de internautas.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

EL HOMBRE QUE NO PODÍA MORIR


Hemingway explica
a Hemingway

Aparece un libro más que recopila las opiniones inéditas del escritor sobre el cine y la literatura. El viejo Pa, interminable y jodido goza de mejor vida y hace años que está muerto.


Escribe JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS



El miércoles pasado, un puñado de actores de Hollywood se subió al escenario de un teatro en San Francisco para rendir homenaje a Paul Newman. En el elenco figuraban Jack Nicholson, Julia Roberts, Tom Hanks y Sean Penn y la obra que interpretaron la firmaba A. E. Hotchner, escritor y socio del actor fallecido en el negocio de las salsas Newman's Own. La relación entre ellos se remontaba a 1955. Ese año Newman interpretó su primer papel protagonista en televisión. El filme se llamaba The Battler, el guionista era Hotchner y el autor del relato original, Ernest Hemingway, que había ganado el Premio Nobel de Literatura el año anterior.


El autor de Fiesta fue, de hecho, el otro gran amigo de A. E. Hotchner (St. Louis, EE UU, 1920), que acaba de publicar La buena vida según Hemingway (Belacqua) en traducción del novelista colombiano Juan Gabriel Vásquez. El libro es un autorretrato en el que las fotografías del escritor estadounidense alternan con sus propias reflexiones. Los textos, inéditos hasta ahora, surgieron durante las horas de conversación que ocuparon los 13 años en que Hotchner recorrió el mundo al lado del gran hombre blanco.

A. E. Hotchner conoció a Hemingway en 1948, cuando aquél trabajaba como "cazarrecompensas literario" para Cosmopolitan, que "antes de su corrupción" era una prestigiosa revista en la que habían colaborado Dorothy Parker, John Steinbeck y el propio Hemingway. La guerra interrumpió aquellas colaboraciones y su misión era recuperarlas. Sin demasiada convicción, Hotchner peregrinó hasta Cuba, donde el escritor pasaba largas temporadas. Antes de volver de vacío a Estados Unidos, Hotchner quemó su último cartucho: "¿Podría por favor mandarme un rechazo por escrito para que yo pudiera conservar mi miserable trabajo?". Hemingway le invitó a tomar una copa y su amistad ya sólo se interrumpiría el día de julio de 1961 en que el autor de Las nieves del Kilimanjaro, aquejado de cáncer y a punto de cumplir 62 años, se disparó en la cabeza con una escopeta. "Me he pasado el tiempo matando animales y peces para no tener que matarme a mí mismo", afirma el novelista en una de las notas recogidas por Hotchner.


La buena vida según Hemingway recorre la existencia de un ser excesivo que había nacido en una familia en la que, en sus propias palabras, "la madre era una perra y el padre, un suicida". Y de Chicago, a la Gran Guerra. En Italia, un disparo de mortero le mandó al hospital con 279 pedazos de metralla en la pierna derecha. Guardaba las esquirlas que le iban sacando en un tazón junto a la cama. Le dieron dos medallas: "Las tiré en el tazón con el resto de la quincalla".


Pasada la contienda y las penurias que alimentaron París era una fiesta llegó la fama. Hemingway pescando en Cuba ("Como pescador, Castro era incapaz de ganar su propio torneo de pesca, aun cuando el torneo estaba arreglado"), Hemingway en los toros ("La luz que hay entre la ingle del torero y los cuernos del toro se incrementa a medida que se incrementa su riqueza"). Y Hemingway en el cine. Las relaciones del escritor con Hollywood ocupan un capítulo importante en un libro que da cuenta de su acidez a la hora de valorar las adaptaciones de sus novelas. Así, ironiza sobre Gary Cooper e Ingrid Bergman al ver Por quién doblan las campanas ("La gran escena de amor... y él nunca se quita el abrigo") y sobre Spencer Tracy por El viejo y el mar ("Parecía un actor gordo y rico haciendo de pescador").

Pero La buena vida según Hemingway contiene, sobre todo, la poética de un narrador que escribía de pie, que decía haber aprendido de Cézanne a describir paisajes y que lanzaba sus dardos contra el barroquismo en las carnes de William Faulkner: "¿De veras cree que las grandes emociones vienen de las palabras grandes? Se cree que no conozco las palabras de diez dólares. Claro que las conozco. Pero hay palabras más viejas y simples y mejores, y son las que uso yo".